No te lo había dicho. No sabía decirlo.
No hallaba las palabras adecuadas. Quizás
era un poco de pena, de timidez nomás.
Era algo tan difícil. Ni cómo definirlo;
era temor de cómo podrías recibirlo,
o de qué pensarías al oírme. Verás:
si no lo digo ahora, no lo diré jamás
y es que este sentimiento no quiero confundirlo.
No quiero que se quede sólo en una amistad
y que por reprimirlo me coman el mandado
y otro más avispado que yo se me adelante.
Te adoro, sí. Te adoro. Es esa la verdad.
¡Vaya! por fin lo dije. Me siento liberado.
Y ahora te pregunto: ¿no quieres ser mi amante?
Heriberto Bravo Bravo SS.CC
Ilustración:Ludovick jack
0 comentarios:
Publicar un comentario