(A Elsa Fariña con mi afecto)
Oigo tu voz y se me antoja flauta
que en un concierto sideral resuena,
tu voz que engaña al valeroso nauta
con su encantado timbre de sirena.
Oigo tu voz y se me antoja pena
de un lloroso laúd que al alma incauta
al éxtasis invita y la condena
a andar tras de tu pista y de tu pauta.
Tiene el encanto de una sinfonía,
murmullo de los vientos, melodía
que célicos Querubes interpretan.
Cuando la escucho, la melancolía
llega a mi corazón y poesía
surge de mis sentidos que se inquietan.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC